LOS SUFRIMIENTOS DE CRISTO EN LA CRUZ Y EL ENFERMO

13.06.2021

LOS SUFRIMIENTOS DE CRISTO EN LA CRUZ Y EL ENFERMO

Por: J.E.Nieremberg (Fragmentos de Sus Oraciones)

CRISTO, Nuestro Poderoso Salvador y Redentor, padeció por todos los hombres, para librarlos de la muerte y del pecado, dejándonos ejemplo para que sigamos sus pisadas. Toda la Sabiduría del cielo y Toda nuestra vida y Todo nuestro bien está en Cristo Crucificado. Ten pues, el mismo sentir que hubo en Cristo, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de Cruz. Filipenses 2:6-8 El cristiano enfermo y el que está en óptimas condiciones con mayor razón, debe meditar con todo el corazón en los sufrimientos de Cristo en la Cruz y en ellos hallar consuelo. Y no conformarse solo con mirar los dolores exteriores de Su Cuerpo, sino penetrar en lo que llevaba en su corazón y en su pensamiento de cuánto nos amó el SEÑOR, acordándose continuamente de nosotros, ofreciendo con gran voluntad sus tormentos para nuestro bien y para librarnos de todo pecado. Miremos su Humanidad y Su Divinidad, la infinidad de Sus atributos Divinos con el abatimiento en la Cruz, que nos hará encender más en Su amor.

MIRA LA CABEZA DE JESÚS atormentada con dolores de muerte, por las espinas penetrantes de setenta y dos espinas, que atravesaron su Frente y sienes. Creo que no hay ambicioso en el mundo que quisiera ser Rey para ser coronado ¡Con semejante corona! Pero Tú Rey de Gloria, la aceptaste, no por deseo de honra, sino por ser afrentado por mi.... ¡Mira que te enseñó Jesús! Que no solo desprecies el mundo y quieras se despreciado por él, y estimes lo que ÉL desprecia. Los trabajos y dolores los tiene Jesús por guirnalda y una corona más preciosa que el oro. ¿Y yo de que me puedo quejar cuando estuviere afligido viendo a mi SEÑOR coronado de penas? Mira el daño que te hace tu soberbia y vanidad, tus pensamientos altivos y ociosos, tu cerviz levantada, tu desobediencia, juicio propio y opiniones torcidas del mundo, estas fueron las espinas que sufrió Jesús por ti, que fueron más punzantes que la misma corona de espinas. Otras espinas sufrió Jesús en Su Cabeza; las injurias con que hirieron sus oídos, las afrentas, los insultos, las blasfemias.... Te doy gracias SEÑOR, por la afrenta y tormento que sufriste, cuando rodeada y atravesada tu Cabeza de espinas y tu rostro ensangrentado e injustamente condenado a muerte. Te doy gracias por aquella benigna piedad y misericordia, con que Tu SEÑOR, que das vida a Todas las cosas, inclinando Tu Venerable Cabeza, tuviste por bien morir por mi. A ti sea dada Gloria por todos los siglos....Amén

MIRA EL ROSTRO DE JESÚS, ennegrecido por los golpes y bofetadas que le dieron, lleno de salivazos de los incrédulos mezclados con la Sangre que cayó de las espinas, mira Sus Ojos hinchados de llorar por tus pecados. Aborrezca yo el pecado que así desfiguró tu Rostro. Por mi impureza me dejé llevar de todo lo visible y de lo que ven los hombres y no miré lo que mira mi Creador. Oh, Jesús, abre mis ojos espirituales para que vea y aprecie lo que hiciste por mi en la Cruz, en Tu luz veré la Luz. Alabo y honro tu Boca que fue humedecida con hiel y vinagre en tu agonía. Doy gracias por aquella sed vehemente, cuya amargura probaste por amor a mí. Doy gracias por aquel santo silencio con que a tantas acusaciones falsas y afrentas, que contra tí se decían, humildemente callaste delante de Pilatos y Herodes, y como manso Cordero no abriste tu Boca. Oh Jesús mío, con tu dulce Boca nos enseñaste las verdades de la Doctrina del Cielo, y sin embargo, de mi boca salieron palabras ociosas, de murmuración, de odio, de amargura, de ira y enojo, pero Tú padeciste un tormento inmenso de sed. Dame Tu gracia, para que Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh SEÑOR, roca mía y redentor mío. Y así, corregido, refresque y calme Tu sed. Que ya no tenga sed de las cosas del mundo y de todo aquello que NO necesito y me aparta de Ti. Concédeme que tenga sed solo de Ti, que eres mi Bien y mi Salvación, y busque Tu Sangre como el ciervo sediento por las fuentes de las aguas. Amén

MIRA LAS ESPALDAS DE JESÚS, flageladas y heridas por tantos azotes, cargando la Cruz sobre ellas donde sería crucificado, soportando un increíble dolor con paciencia. Fueron Su tormento y peso por nuestras culpas y pecados ¡tan grandes! muchísimo más que por las mismas heridas y peso de la Cruz, tanto así, que cayó a tierra y tuvo que ser ayudado por Simón de Cirene. Por eso, anímate a padecer algo por Jesús que bien merece que sufras algo por ÉL. Mira el Cielo que te espera, mira la condenación eterna de la cual te libra. Confieso SEÑOR, que las aflicciones de esta vida temporal NO son comparables con la Gloria venidera, que se nos mostrará, porque a esta leve tribulación momentánea corresponde un eterno peso de Gloria, tal que ni ojo vio ni oído oyó ni han entrado a corazón de hombre, esta es la Bienaventuranza eterna que has preparado para los que te temen y te aman. Y la esperanza de este maravilloso Bien, tengo guardada en mi corazón, confiando que por mí Redentor Jesús, la alcanzaré. ÉL es mi mediador, mí esperanza, mí santificación y mi Salvación. SEÑOR mío Jesucristo, Te doy infinitas gracias por la Sangre Preciosa que salió de tu espalda, a ti sea dada alabanza, y gloria eternamente por cada una de aquellas gotas de Tu Sangre Preciosa con las que me redimiste y limpiaste mis pecados y culpas. Salvador mío, deseo adorar Tus dulcísimas Llagas, deseo oír la suavidad de tu voz, y agradecerte cuanto hiciste y por mi Salvación.... Amen

MIRA EL CORAZÓN Y COSTADO DE JESÚS ATRAVESADO. El más desordenado miembro del hombre es el corazón, y así convenía para corregirlo, que una aguda Lanza atravesara y atormentara el Corazón de Jesús, que tanto amó a Dios, y a los hombres; ya le tenías atravesado, Bien mío, con saetas de mi amor; no era necesario herirle mas; pero lo necesitaba, porque no me fueron suficientes Tus beneficios, ni los tormentos que en vida padeciste para acabar de amarte de verdad, y así era necesario que con nuevas heridas me despertaras. Oh amor infinito de Jesús, que no se acabó con Su vida, sino que aún después de muerto me lo quieres mostrar, descubriéndome en tu Pecho abierto, Tu fiel Corazón, ardiente amor y entrañable misericordia. Entra diligente, alma mía, la puerta está abierta, en esta asamblea de amor, y lee de cerca la lección, y doctrina de amor, que te da Jesús. Verdad dijo Juan, que nos amó hasta el fin, pues aún después de su Fin y muerte, nos da su corazón. Escoge por nido el corazón de Jesús y habita en ÉL, para que a vista de su gran Amor no te olvides amarle, y perseveres en Su amor. Mira qué desorden pasa en tu corazón lleno de afectos torcidos, pasiones vivas de aborrecimiento del bien, de voluntad propia. Está el Corazón de Jesús partido y tu quieres tener tu voluntad entera, hazla mil pedazos, antes de hacer cosas para tu agrado, y desagradables a Tu Redentor, que sino es para amarle a ÉL y a los que ÉL amó, no has de tener voluntad ni amor. Fue también un inmenso tormento del Corazón de Jesús cuando estaba vivo, la pena que le causaron nuestros males y sin duda fue mayor ese dolor que todos los demás que padeció y el cual comunicó cuando oro en el Huerto y sudó gotas de Sangre. ¡Oh Dulce Corazón de Jesús! ¡Oh Trono del Espíritu Santo y recinto de nuestro Bien! No merecías que nuestros males tanto te afligieran. Pero, por tu bondad y amor infinitos quisiste comprar nuestro bien a costa de tantas penas tuyas. Quisiste enamorarme de Ti con este beneficio, fortalecer mi esperanza con Tus méritos, y hacerme aborrecer el pecado, mostrándome lo que hiciste contra él. Echaste brasas de fuego sobre los carbones muertos de mi corazón por el pecado, para que con tanta multitud de beneficios como se encierran en este Sacrificio Tuyo, te amase a Ti por tanto que hiciste por mi y por tanto amor que me demostraste. Amen...

MIRA LAS MANOS Y LOS PIES DE JESÚS CLAVADOS. Tales son nuestras acciones y obras que merecíamos tener las manos clavadas; Pero Jesús que se ofreció por nosotros quiso pagar este dolor. ¡Oh santos Brazos del Omnipotente. Los quieres tener extendidos para abrazar como Padre amoroso a este hijo pródigo. Dame licencia y yo te abrazaré. Abrazate alma mía con Tu Redentor y no lo sueltes, que te da la vida estar en la Cruz con ÉL.... ¡Oh generosas MANOS DE JESÚS! no merecen este castigo y afrenta, sino mi ingratitud! ¡Oh Manos más blancas que la nieve! Sus manos, como anillos de oro engastados de jacintos. Cantares 5:14 Pero no veo fino crueles Clavos, y rubíes de Sangre. Oh SEÑOR, me diste Tus Manos para que saliese de mis pecados y no reparaste en que fueran clavadas. Manos Santas de Jesús rasgadas con el virginal cuerpo que sustentan.... El hombre no quiere estar sujeto a las Manos de Su Dios, antes quiere tenerlas libres para hacer lo que quiere, para alejarse de tu Ley con su desobediencia y obras que hace contra todo derecho y razón. SEÑOR, que de aquí en adelante, tenga yo la obediencia que me enseñas y no haga lo que yo quiero para mi agrado. Este clavado mi corazón y mis manos con las tuyas resignado a tu Voluntad que no quiere sino mi bien. Considera alma mía los beneficios que has recibido de estas Manos, y todo lo que viniera de ellas será bien tuyo. Postrado a Tus Divinos PIES, amoroso Jesús, te pido permiso de lavarlos con mis lágrimas, por eso, lavaste los pies de tus Discípulos, incluyendo los de Judas y no quisiste que lavaran los tuyos para que yo los riegue con las fuentes de mis ojos como otra Magdalena. ¡Oh qué errados pasos daba yo! Corría directo a la condenación eterna, si con tan eficaz medicina no me hubieras detenido, sufriendo por mi tan grande tormento, cargados los PIES con el peso de todo Tú cuerpo ¡fue increíble tu dolor! Esto padecieron por mi aquellos SANTOS PIES que se cansaron por buscar mi bien, que salieron a recibir a tus enemigos, que no huyeron como los Discípulos, sino que subieron al Monte Calvario para ser clavados por mi.... Aprende esta lección que te da Cristo, de tener firmeza en la Cruz, de perseverar en huir de la tierra, pues aún LOS PIES tuvo desterrados de ella, puesto que no le fue permitido morir en el suelo y la tierra donde fue enterrada fue donada. Esta enseñanza de desprendimiento por lo terrenal te da el SEÑOR. Mírale totalmente desnudo, que aún le falta la vestidura blanca con que Herodes le trató como loco, y la capa púrpura con la que los soldados se burlaron de Su Reino. SEÑOR mío Jesucristo, Te doy gracias por las heridas de TUS MANOS Y TUS PIES, enciérrame en estas bienaventuradas Llagas, y concédeme que saque de ellas un amor verdadero con te ame, y la Salvación eterna en que te goce. Escríbelas en mi corazón con tu Sangre para que lea en ellas Tú dolor y amor, que las lleve en mi memoria siempre y no se borren jamás en lo más íntimo de mi corazón, para que en ellas tenga Refugio eterno y verdadero, cuando me saques de este mundo.... Amen

" ¿Es que te dueles íntimamente en tu ánimo tanto que no puedes hablar? Pero, como dije, es propio de quien de verdad se duele, orar y así suplicar. Dolíase Moisés, y así oraba y era escuchado. Por lo cual le dijo Dios: ¿Por qué clamas a mí? También Ana alcanzó lo que pedía sin que se oyera su voz, porque su corazón era el que clamaba. Y en cuanto a Abel, no sólo sin hablar, sino muerto aún rogaba, y su sangre clamaba más alto que una trompeta. Gime, pues, tú al modo de los santos: Desgarra tu corazón, y no tus vestidos. Invoca a tu Dios de lo íntimo de tu alma, pues dice: De lo profundo clamo a ti SEÑOR. Saca tu voz de lo íntimo de tu corazón y haz que tu Oración sea misteriosa y oculta." Marco Orígenes.

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